Si bien ya son conocidas las técnicas de estimulación temprana, una gran novedad es su uso como herramienta terapéutica. Es importantísimo que los fisioterapeutas tengan un pleno conocimiento del desarrollo natural de los niños para poder prevenir cualquier posible trastorno psicomotriz y de esta manera disminuir las posibles consecuencias físico-funcionales que se pudiesen presentar por distintas patologías previas.
La estimulación temprana y su fisioterapia
Este tipo de tratamiento tiene como fin obtener la mayor funcionalidad posible del niño en cuestión para, de esta manera, fomentar su independencia y permitir una buena promoción de su salud y bienestar. Esta ampliamente demostrado que la estimulación temprana fusionada con un programa fisioterapéutico disminuye significativamente los efectos negativos de los factores de riesgo y además aportan grandes beneficios tanto a nivel motor como a nivel cognitivo.
Es indispensable en este tipo de terapias la participación de los miembros de la familia durante todo el proceso para poder variar la intervención terapéutica entre el consultorio y su domicilio, que es el lugar donde más permanece el niño. También serán los encargados de potenciar el vinculo adecuado, es por eso que es fundamental el trabajo codo a codo desde el inicio con el fisioterapeuta.
Para comenzar un buen tratamiento, es necesario conocer el desarrollo motor, aprender sobre el control del movimiento del niño y su desarrollo del aprendizaje, como así también las adaptaciones al crecimiento que son naturales a su cuerpo para poder de este modo detectar posibles deficiencias y tratarlas a tiempo.
Bases de la estimulación temprana
Durante la primera etapa de la vida el sistema nervioso central se encuentra en proceso de maduración, por eso la estimulación resulta crucial para favorecer el correcto desarrollo del niño con respecto a su entorno más cercano. La estimulación temprana se basa en el concepto de la neuroplasticidad, por la cual se establece que el cerebro puede activar corregir, o compensar las consecuencias de algunos trastornos psicomotrices ante una lesión.
De esta manera, la neuroplasticidad permite que el sistema nervioso central se desarrolle de manera adecuada creando, modificando o incluso manteniendo capacidades funcionales a lo largo de la vida, además de tener también profunda injerencia en el ámbito del aprendizaje.
Es importante remarcar que una sobre-estimulación puede ser contraproducente porque puede provocar la incapacidad de madurar cada etapa de la manera necesaria para iniciar la siguiente. El éxito de los programas de estimulación temprana se basa en la precocidad del diagnostico y de la intervención, así como en su abordaje progresivo y sistémico.
Existen varias posibilidades terapéuticas, desde el punto de vista de la fisioterapia, encaminadas a mejorar el control motor como también mejorar la coordinación, el equilibrio o la marcha. La figura del fisioterapeuta es esencial, el debe tener conocimiento de cual es el desarrollo para evidenciar posibles trastornos. Por supuesto siempre en contacto con el ámbito familiar. Esta implicación es fundamental para estimular todas las capacidades del niño en el hogar y fomentar el importantísimo vínculo afectivo.
