El hielo
Cuando nos hacemos daño en una zona por culpa de un golpe o una contusión o cualquier cosa parecida, la primera opción que debemos tener en cuenta es la de ponernos hielo. Cuando colocamos hielo a tiempo, estamos consiguiendo que esa zona lesionada comience a disminuir en hinchazón.
En caso de que lo que se sufra sea una lesión aguda, entonces se deben hacer movimientos lentos y controlados aplicando frío a la zona.
En caso de que el golpe sea en la zona de la rodilla o los tobillos, es recomendable que metas el pie en agua helada con hielo. Esto lo debes hacer durante unos 15 minutos. En caso de que los dolores persistan, acércate a tu fisioterapeuta de confianza y dile que quieres llevar a cabo criocinética.
No te vendes el pie por ti mismo, ya que ningún tipo de inmovilidad es buena si no la hace un médico y sobre todo si no sabemos cuando tiempo tenemos que llevarla.
Cuando comenzamos a mover la zona lo antes posible, dicha zona mejora por si sola.
Siempre que tengas un golpe y no cese el dolor, debes acudir a un fisioterapeuta para que te ayude a saber cuál es el mejor tratamiento para la zona afectada.
En muchos casos, una caída nos deja un dolor en la zona de la nalga que va directamente hacia la pierna. Este tipo de dolores suelen durar mucho tiempo y lo que debes hacer es tumbarte y poner una pelota de tenis bajo la zona de la nalga que te duele.
En caso de que el dolor sea producido por algo muscular, o si sentimos tensión en forma de pirámide en esa zona, este tipo de actividad conseguirá que puedas aliviar la tensión casi en un 98% y con ella, el dolor.