A menudo vemos con naturalidad mamás amamantando a sus bebés en una situación cotidiana. Para lograr la naturalidad de este acto de amor es importante tener en cuenta algunas pautas que ayudarán a comenzar este proceso con mayor seguridad. Cuando la mamá primeriza recibe al bebé en sus brazos observa inmediatamente su instinto de succionar. A este momento se suma la emoción del encuentro, el desapego y todo el proceso interno que implica el comprender que este bebé que formaba parte del vientre materno ahora está en los brazos y requiere otro tipo de cuidado y atención.
La mamá está experimentando cómo tenerlo, sus expresiones de agrado o sus primeros llantos. Es posible que sumada a toda esta situación el primer acercamiento al pecho no sea el esperado, a veces incluso puede ser algo irritante si el pezón no está preparado y la mamá o el bebé experimentan tensión por múltiples razones. Preparar la piel de los pezones previamente con cremas y masajes es el primer consejo.
Cómo amamantar por primera vez
Si la mamá coloca bien al bebé en el pecho lo ayuda a agarrarse y amamantarse bien. La posición correcta es sostener bien el cuerpo del bebé con la mano, bien cerca del cuerpo de la mamá, todo el cuerpo sostenido y el cuello derecho. Si el cuello del bebé está torcido o inclinado hacia adelante, si está alejado, si solo se sostiene el cuerpo o la cabeza no estamos en una buena posición para comenzar.
La mamá debe estar cómoda y relajada. Esto puede ser en un asiento bajo con la espalda derecha o acostada apoyada sobre un lado. Una vez en la posición correcta sosteniendo al bebé frente a ella con la nariz frente al pezón y sosteniendo todo su cuerpito, la mamá toca los labios de bebe con sus pezones. Cuando el bebé tiene la boca bien abierta coloca el labio inferior del bebe bajo el pezón y observa que el bebé se agarre y mame bien acercándolo a su cuerpo un poco más. Si esto no ocurre, se lo aleja un poco y se vuelve a intentar.
Una vez que el bebé se agarró bien es importante amamantarlo 8 veces al día, y dejarlo que coma todo el tiempo que quiera hasta que suelte el pecho solo. De esta manera, si se alimenta de ambos pechos, la producción de leche será abundante, buena y constante. Proteger siempre los pechos con crema de caléndula ayudará a que la piel se mantenga sana e hidratada.




