Uno de los momentos más planeado y esperado por toda futura mamá es cuando debemos ir a la clínica, hospital o sanatorio, pero en general no siempre sale como lo imaginamos.
Siempre refiriéndonos a un embarazo normal a partir de la semana número 38, debemos préstale mas atención a las contracciones en intensidad y número de estas.
Si nos encontramos con una dinámica uterina que es constante con una duración de tiempo importante, y ya pasaron las dos horas, consideraremos:
Primigesta
- Inminente pérdida de tapón mucoso (se debe realizar consulta médica).
- La gestante primeriza primero borra cuello y después dilata.
- Contracciones y ruptura de bolsa.
Multípara
- Borra cuello y lo dilata al mismo tiempo.
- Contracciones y ruptura de bolsa.
Es de notar, que a medida que el trabajo de parto avanza, las contracciones son más seguidas y duraderas, por tanto, es necesario que se pongan en práctica diversos ejercicios de relajación y respiración hasta llegar al lugar del nacimiento. En ese caso, sería recomendable llamar al médico tratante para avisar de nuestro estado mientras el va preparando al equipo obstétrico.
Existe un determinado vocabulario que debemos entender cuando se acerca la hora de dar a luz; la dilatación de la cerviz es medida en centímetros o dedos, por tanto:
- Cuello borrado es permeable al dedo: quiere decir que todavía falta pero que debemos estar atentas.
- Cuello borrado con tres centímetros de dilatación: vamos a depender de la dinámica uterina es posible que ya se pase a la fase de inicio de trabajo de parto.
Resulta lógico que la ansiedad se apodere de la situación, pero no se debe permitir que ocurra.
El momento inicial del trabajo de parto nos puede encontrar con nuestra pareja o en cualquier lugar, de improviso, lo importante es mantener nuestra red de relaciones alerta para que se avise a los familiares o pareja, según sea el caso.
