Los controles médicos durante el embarazo son fundamentales para cuidar tanto la salud de la mamá como la del bebé. Bueno sería si se está planificando el embarazo, concurrir antes al ginecólogo quien recetará ácido fólico y vitaminas para llegar en buen estado a la gestación.
Generalmente los controles del embarazo son uno por mes, aunque en el tercer trimestre se intensifican. La primera visita al obstetra se hace cuando se sospecha estar embarazada o si un test de embarazo ha dado positivo. En esta ocasión el profesional hará un examen físico de la madre y le consultará acerca de partos anteriores y problemas de salud preexistentes. Si se sospecha que puede ser un embarazo de riesgo se darán algunas recomendaciones especiales.
Durante la primera consulta hará una ecografía en la que la mamá tendrá la emoción de ver por primera vez a su pequeño. Se verificará que esté creciendo en el lugar correcto, sus medidas y se escucharán los latidos del corazón. Aparte de ello, el obstetra indicará la fecha probable de parto, recetará algún complejo vitamínico y ácido fólico, necesario para la sana constitución del bebé, y pedirá que se realice un análisis completo de sangre y de orina de la mamá.
Controles y más controles
Ya en la segunda visita el médico evaluará los resultados de los estudios y puede pedir que se realicen estudios específicos para detectar anomalías en el feto, como la Traslucencia nucal o la Punción de vellosidades coriales. También pedirá un PAP.
En todos los controles el obstetra pesará a la mamá, le tomará la presión y le hará una ecografía para ver cómo evoluciona el bebé. Esto pasará una vez por mes hasta llegar a la semana 30 en que los controles serán cada 15 días. Luego de la semana 34 serán semanales. A partir de la semana 37 se realizarán monitoreos fetales. En el tercer trimestre es bueno que la mamá comience a acudir a un curso de pre parto, lo cual le ayudará a enfrentar exitosamente el momento de dar a luz.