El embarazo es una etapa en que la mujer debe extremar sus cuidados ya que no solo es responsable de su vida, sino también del pequeño ser que viene en camino. Para hacerlo se deben seguir ciertas pautas básicas que permitirán tener un embarazo sin sobresaltos, un parto relajado y un bebé sano.
Lo primero que una mamá debe tener en cuenta es que tiene que cumplir con todos los controles médicos mes a mes. Gracias a esto, el obstetra podrá controlar el estado de salud de la mamá y la correcta evolución del bebé dentro del vientre. Además de acudir a las visitas con el obstetra debe hacerse todos los análisis que le pida y tomar las vitaminas y ácido fólico que le recete al principio del embarazo.
Mamá precavida
La ingesta de bebidas alcohólicas o de sustancias tóxicas como las drogas o el tabaco están totalmente prohibidas porque afectan directamente la salud del pequeño. La alimentación debe ser variada y natural, intentando consumir alimentos de todos los grupos que les aporten todos los nutrientes tanto a la mamá como al bebé. Lo ideal es no excederse con las comidas para no subir demasiado de peso.
El ejercicio físico está recomendado durante el embarazo, siempre y cuando las actividades que se realicen estén aprobadas por el obstetra. El descanso también es importante. La embarazada tiene que procurar tomar siestas a diario y no fatigarse ni excederse con las tareas del hogar ni en su jornada laboral.
La higiene también es importante durante esta etapa de la vida de la mujer. Ducharse a diario y cuidar los dientes es fundamental. Es una época en que la boca está más susceptible a padecer caries y gingivitis.
Informarse y estar bien preparada sobre todo lo que le está sucediendo a la mujer en el cuerpo, sobre cómo se va formando su bebé y sobre lo que pasará durante el parto es muy relevante. Para ello bueno será acudir a un curso preparto y evacuar todas sus dudas con su médico.