Los embarazos de gemelos o mellizos requieren más cuidados que los simples ya que suelen ser considerados embarazos de riesgo. Lo primero que hay que entender es de qué se tratan estos tipos de gestación. Los mellizos provienen de la fecundación de dos óvulos diferentes por otros dos espermatozoides, es decir, son completamente independientes.
En cambio, los gemelos se gestan a partir de un solo óvulo que durante los primeros diez días de gestación se divide en dos embriones. A veces los dos hermanitos comparten la misma placenta, por lo cual es necesario el control regular del crecimiento de ambos fetos ya que puede ocurrir que uno le quiete el alimento al otro.
Cuidados básicos
El que sean considerados de riesgo no debe asustar a los padres, solo quiere decir que hay que extremar cuidados y tener más precauciones para que la mamá y los dos bebés estén en perfectas condiciones. Los controles obstétricos son el cuidado fundamental, por los cuales el obstetra podrá prevenir cualquier tipo de complicación.
La alimentación de la embarazada debe ser completa y variada, teniendo cuidado de no engordar en exceso. El peso ideal es cuando se engorda entre 17 y 20 kilos hasta el momento del nacimiento. Pero por supuesto, cada caso es diferente y las pautas de aumento de peso las pondrá el obstetra. Beber mucha agua permitirá reducir el riesgo de presión alta.
El embarazo gemelar o de mellizos conlleva a la mujer a tener que soportar más peso en su vientre, por lo cual se hace necesario que la mamá esté bien descansada, que pueda realizar siestas diarias y que no se agobie con tareas físicas. En el último trimestre del embarazo es conveniente que la madre deje de trabajar y haga bastante reposo para evitar que surjan contracciones que desencadenen en un parto prematuro, muy común en este tipo de embarazos.