La alimentación sana y variada es un pilar fundamental para el buen desarrollo del bebé que está por venir y de la mamá, ya que con una buena alimentación evitará complicaciones como la anemia y la preeclampsia, además de malestares como calambres, fatiga, estreñimiento y hemorroides. También beneficiará a la mamá para recuperar el peso deseado luego del parto.
La cantidad no es solamente lo que hay que cuidar, sino también la calidad de lo que se tiene que comer. Los minerales y las vitaminas son esenciales para el sano crecimiento del bebé dentro de la panza porque ayudan a su cuerpito a aprovechar energía que viene de los alimentos. Por eso se deben elegir alimentos que contengan grandes concentraciones de hierro, calcio, ácido fólico, yodo y vitaminas A, C y D.
Las comidas
Se recomienda que las comidas sean cuatro por día, con dos o más colaciones intermedias. El consumo de lácteos debe ser diario, siendo mejor elegir los descremados. Se deben tratar de evitar los edulcorantes y la cafeína. Ésta última está presente en el té, el café, el mate, el chocolate y las bebidas cola. También se deben obviar las frituras y las comidas muy elaboradas y picantes.
Consumir abundante agua es muy importante, por lo tanto se deben tomar dos litros de agua por día. Para evitar náuseas se pueden ingerir cereales secos antes de levantarse. También es bueno en este caso, comer los alimentos fríos y en pequeñas cantidades distribuidas durante el día.
Otro consejo a tener en cuenta es limitar el consumo de comida chatarra, porque tiene demasiadas calorías y no aportan nutrientes. Lo mejor es comer alimentos sanos y siempre en el almuerzo y la cena acompañar el plato principal con un ensalada de vegetales o legumbres y de postre consumir una fruta.