El último mes puede ser el más complicado por las molestias físicas y por los miedos al parto.
Sin embargo no hay que tener miedo, esta todo preparado, confía en que la naturaleza es sabia.
A partir de la trigésimo sexta semana los controles realizados por el médico son más periódicos. Es en la semana treinta y siete que a muchas mujeres les pasa algo curioso: les sobresale el ombligo. Es por la presión que ejerce el bebé en el útero y porque tu piel está en el límite de lo que puede estirarse.
Es por la trigésimo octava semana que el cuerpo empieza a segregar oxiciticina y a reducir los niveles de progesterona. Esto son hormonas que regulan la gestación y el parto, que cada vez esta mas cerca. Es posible que se te adelante a antes de llegar a cumplir la semana treinta y nueve y la cuarenta, de hecho, sólo el 5 por ciento de los bebés nacen en el momento que se había previsto. A partir de ahora todo está listo y puede ocurrir en cualquier momento.
Por lo tanto este último mes se convierte en el más molesto y más incierto. Los síntomas que sentirás son un gran cansancio, retención de líquidos, ganas constantes de orinar por la presión que ejerce el útero en la vejiga, insomnio, anemia, varices, estrías y hemorroides. Todo ello desaparecerá en cuanto des a luz excepto las consecuencias de la piel más obvias como las estrías. Deberás seguir hidratando la piel tras el parto. Las hemorroides puede que se acrecienten los primeros días tras el parto, y que sufras también algo de estreñimiento, pero pasará rápido.
Cuando el futuro hijo se ha posicionado con la cabeza hacía la pelvis se alivia un poco la presión que se hace en las costillas, y, por lo tanto, también en el estómago. Por lo que comer se convertirá en una tarea menos pesada que en las últimas semanas. En contra, el bebé sigue creciendo a gran ritmo por lo tanto los pies podrán volver a presionar la parte más alta de tu estómago, pero eso no ocurrirá hasta bien cerca del momento del parto.
Sentirás tus piernas más pesadas que nunca y unos calambres en las ingles que no deben asustarte, es por causa del incremento del peso y de la nueva posición. Para evitarlos lo mejor son pequeños masajes en la zona e intentar no forzar posiciones continuadas durante mucho tiempo. La retención de líquidos en este mes también será aún mayor, evita la sal e hidrataté lo máximo posible, sobretodo si coindide ésta última fase con los meses del verano.
En este mes las relaciones sexuales es probable que disminuyan por las incomodidades que supone tu estado y los miedos a que sea contraproducente en algún sentido. No obstante es todo lo contrario, tiene beneficios para el parto que practiques el acto sexual ya que ayuda a que el cuello del útero se dilate de manera relajada y agradable, fase primera para el parto, y prepara los músculos pélvicos manteniéndolos flexibles y fuertes. Por otro lado, el semen contiene prostaglandina, una sustancia que ayuda a las contracciones del útero. Eso si, en esos momentos íntimos es más probable que tus senos empiecen a segregar calostro espontáneamente, pero es algo natural a lo que no debes prestar atención.
Aunque el bebé está listo y preparado para nacer seguirá aumentando de tamaño hasta que eso ocurra, por lo que no debes descuidar tu alimentación para evitar un sobrepeso mayor del esperado en estas últimas semanas. Como también es conveniente que continúes con ejercicios de preparación y relajación para que el momento no sea tan doloroso o complicado.