El bebé en la trigésimo sexta semana de embarazo
El bebé pierde por completo el lanugo, la piel se vuelve rosácea. Se mueve menos ya que puede llegar a alcanzar los 50 cm y no tiene espacio suficiente en el útero para moverse. El bebé sigue creciendo y adquiriendo peso, que le servirá para poder ser más fuerte a la hora del parto. Se coloca definitivamente en el cuello del útero y se prepara para el parto.
La madre en la trigésimo sexta semana de embarazo
A partir de esta semana puede quedar un mes o menos para dar a luz, por lo que se tiene que visitar al ginecólogo una vez a la semana para ver como marcha todo. Se cotrolaran los latidos del corazón y la frecuencia de las contracciones uterinas. A la madre le costará cada vez más trabajo respirar, eso se debe al gran volumen que ha alcanzado el útero que presiona todos los demás órganos.
El encajamiento del bebé que se prepara para salir al mundo puede incrementar la presión en la parte baja del vientre y hacer que hasta caminar empiece a resultar incómodo. Se producen hinchazones debido a la gran cantidad de líquidos que tiene el cuerpo de la madre, se recomienda descansar siempre que se pueda con los pies en alto unos minutos. Puede que se hayan ganado 12 ó 13 kilos de peso e incluso puede que durante las siguientes cuatro semanas se suba algún kilo más. Aunque esto no es siempre así y muchas mujeres no engordan nada más en su último mes de gestación.