Sin duda, estamos hablando de una de las terapias más antiguas y una de las técnicas donde se une la tierra y el agua, para lograr estar más bellas. Con la fangoterapia se aplica una cantidad determinada de barro sobre nuestra piel y dejar que esta repose, durante un período de tiempo determinado, hasta lograr que este se seque.
Los primeros que empezaron a usarla fueron los egipcios. Descubrieron que era muy efectiva para luchar contra la inflamación, las heridas en la piel, el tan común reuma… Hoy en día, en distintos centros de salud, que nos encontramos en Suiza, Australia, Estados Unidos, Escocia o Alemania lo usan por sus propiedades curativas. Y, es que el barro nos cura y nos embellece gracias a los minerales que contiene y por qué nos aporta agua, que es muy importante para nuestra piel.
Además, normalmente, un profesional suelen darnos un masaje facial o corporal, lo que nos ayudará a relajarnos y a mejorar la circulación de nuestra sangre. Se ha demostrado que es muy recomendable para luchar contra la radiación ultravioleta, estrés, mal uso de productos cosméticos, desgaste de Ph, problemas hormonales, clima o contaminación ambiental. Además, elimina el exceso de grasa de nuestra piel, la suaviza, logra estimular la circulación de la sangre… Por otro lado, evita las pequeñas inflamaciones de la dermis, hidrata y tonifica. O sea, es ideal para nuestra belleza y nuestra salud




