Las vértebras lumbares son vertebras que están localizadas en la zona baja de la espalda y que corresponden a las 5 primeras vertebras de la columna vertebral.
Son vertebras que se colocan en la parte central del cuerpo y que soportan la mayor parte del peso del cuerpo, además son las encargadas de la torsión del tronco, que es el lugar central de movimiento de la espalda.
Existen algunas afecciones provocadas por la distensión muscular y este tipo de problemas se trata de una forma completamente diferente.
Afecciones derivadas del dolor lumbar:
Rigidez del torso. Aquí se lleva a cabo la pérdida total de la movilidad en el tronco. Esto, al ser uno de los momentos más cotidianos del día, hace que se convierta en algo doloroso e incómodo para las personas que lo sufren.
Cansancio. El cansancio puede provocar un poco de sensación de pesadez o incluso desgana en muchos puntos. Esto hace que se sientan ganas de arrastrar el cuerpo y no moverlo como debería.
Dolor de piernas. Aquí se ve un pinzamiento lumbar que puede dar al cuerpo un malestar generalizado. Las piernas dejan de recibir movilidad, lo que puede hacer que se ven afectadas las vértebras. El esfuerzo que se haga se puede traducir en dolor.
Entumecimiento. Cuando el cuerpo se entume sin razón, puede que se viva el problema haciéndose más grande si se tiene este problema.
Métodos para combatir el dolor lumbar:
Son muchos los casos en los que se puede rebajar el dolor lumbar con el fin de ganar un poco más de movilidad en la zona de la espalda. Para poder hacerlo, te vamos a presentar 6 tipos de ejercicio en los cuales debes hacer estiramiento y fortalecimiento de las zonas en series de 10 repeticiones cada uno.
4 patas y rodillas hacia el pecho. Este ejercicio lo debes hacer entre 15 y 30 segundos.
Tumbado boca arriba. Se deben apoyar los pies en el suelo y flexionar las rodillas. Debes juntar las piernas hacia arriba y después apoyar los hombros
Piernas contra la pared. Tumbado en el suelo eleva las piernas a lo largo de una pared, formando un ángulo de 90 grados con tu cuerpo, estirando así la espalda y las piernas.
El gato. En esta postura, debes apoyar las manos y las rodillas en el suelo – a cuatro patas- y empujar tus lumbares y abdomen hacia el suelo. Después debes realizar el ejercicio contrario como su la zona de tu espalda quisiera tocar el techo.
Sentado en el suelo. En esta postura, lo único que debes hacer es cruzar las piernas una encima de la otra y después agarrar la rodilla que tienes en tu pierna cruzada tirando de ella hacia arriba.
Con el paso de los días y la realización de este tipo de ejercicios, podrás conseguir que la espalda esté completamente descansada y se alivie la espalda en casi su totalidad.