Cuerpo y mente están tan unidos que cuando estamos un poco más débiles anímacamente, bajo un foco fuerte de estrés, somos más receptivos ante un posible catarro o una gripe. Del mismo modo, las preocupaciones aportan tensión corporal, rigidez muscular y mucha tensión en la espalda.
Para evitar ese cúmulo de tensión, es importante que pongas de tu parte para aprender a poner freno a tiempo a las preocupaciones.
Cinco consejos para canalizar tus preocupaciones
1. En primer lugar, haz ejercicio físico y deporte. Sal a caminar todos los días porque es de gran ayuda a nivel físico y mental. Es mucho más enriquecedor salir a caminar que ir al gimnasio.
2. Puedes ir al campo, allí donde no hay nadie, y en medio de la inmensidad de la naturaleza gritar todo lo que necesites para descargar tu tensión. Este consejo es especialmente útil para aquellas personas que tienden a guardarse todo dentro de sí mismas y son muy reservadas con sus cosas.
3. Anímate a sacar fuera aquello que llevas dentro a través de la escritura. Al ganar objetividad respecto de una situación también te sientes más fuerte y capaz de afrontar esa situación que te afecta.
4. Busca la ayuda de un coach para, a través de un proceso de coaching, potenciar tus recursos y gestionar tus preocupaciones.
5. Disfruta de una tarde en un balneario porque el turismo de salud te permite desconectar y cuidar de ti.
Escucha el reloj del estrés
El estrés es como un reloj de arena: va calando hondo dentro de ti hasta que un día, no puedes más. Lo importante es poner freno a tiempo a esta situación y no esperar a estar saturado y desbordado por tanta presión.