Estamos en la era de la sobre información y, muchas veces, se hace difícil discernir entre lo que es correcto y lo que no. Así como también la saturación de publicidades hacen estallar a cualquier cuerpo inocente.
¿Cuántas publicidades solemos ver durante segundos y recordamos?
Se torna agitada la vida en la ciudad y cada persona transita a su modo, intentando relajarse en los momentos de ocio.
Contracturas
Los nudos, las contracturas, los dolores y lesiones no piden permiso para ingresar en nuestras vidas y una vez que llegaron tardarán en desaparecer. Podrán preguntar cómo: si yendo a un masajista, si haciendo ejercicio, deporte o tomando algún sedante.
Actitud
Difícilmente nuestro cuerpo se relaje tomando solo en cuenta alguno de estos consejos. La actitud y el modo en que nos paramos frente a la vida serán las cuestiones relevantes y primordiales.
Buscar la armonía
Leer un libro puede resultar muy placentero, hablar con amigos, juntarse a tomar mates, pasear por un parque, correr o caminar según nuestro deseo o, simplemente, contemplar la naturaleza.
El equilibrio es fundamental y qué mejor aliado que el deporte como para descargar nervios, ansiedades, pesares y frustraciones. Si logramos transformar una caminata en un momento de placer o un rutina de gimnasia en nuestro momento para ser felices, por ejemplo; todo lo que hacemos podrá ser espontáneo y no forzado.
Aliviando tensiones
¿Cómo podría mantenerse que el trabajo el salud si muchas veces estresa? Relajarse es el primer punto, encontrar un lugar de la casa o al aire libre que nos haga sentir bien y comenzar a hacer respiraciones como en yoga para aflojar el cuerpo y poner la mente en blanco.Si se tienen dolores de cuello o cabeza pueden probar con colocarse algún átomo desinflamante, una almohadilla eléctrica o algún paño calentito. Después de unos minutos lo ideal sería comenzar unas 10 rotaciones para un lado y el otro (muy suavemente). Luego, girar el cuello formando un medio círculo, evitando recaer la cabeza para atrás ya que podrían producirse mareos por la contractura.
Espalda
Una vez que la cabeza y cuello estén un poco más flojos, le tocaría el turno a la espalda. Pueden sentarse en una silla, estirar la espalda (dejándola como si fuera una mesa) y los brazos hacia adelante hasta que las manos se posicionen sobre otra silla o banquito. Notarán cómo se produce una linda sensación. Y, después, para terminar estos breves ejercicios, podrían soltar los brazos hacia el suelo, cuestión de que la cabeza quede colgando muy despacito y suave. Si llegaran a marearse o a sentir alguna incomodidad, se incorporan de a poco hasta subir, por último, la cabeza. Existen infinidades de estiramientos y elongaciones pero es importante hacer rutinas breves e ir incrementándolas con el correr de los días así no se produce otra lesión.
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