Aprender a escuchar al cuerpo para saber cuándo acudir a una consulta profesional, se logra a través de factores como el dolor, la impotencia funcional o cuando notamos que algo no es normal.
El dolor es el anuncio de que algo no está bien; en algunas ocasiones sabemos la causa pero otras no. En síntesis, el dolor es el llamado del cuerpo para decir que una de sus partes no funciona correctamente.
El dolor mantiene vivo al ser humano, es gracias a esta manifestación que la especie se conserva y protege de muchos peligros, por eso, a pesar de las molestias que provoca, es un síntoma de alerta para hacer algo frente a lo que no marcha bien.
La impotencia funcional es otra de las situaciones que pone en alerta el mal funcionamiento del cuerpo. Un ejemplo claro es cuando al levantarnos no podemos girar el cuello para uno de los lados. Esta clara manifestación obliga a solucionar el problema cuanto antes para evitar complicaciones con el pasar del tiempo.
El no acudir a una consulta profesional y aliviar la molestia con un analgésico o un antiinflamatorio puede complicar las cosas y generar contracturas, tendinitis o problemas articulares.
Por eso, ir al fisioterapeuta es una decisión que ayuda a estar bien. Tomar un tratamiento significa estar mejor porque las técnica utilizadas por estos profesionales se adaptan a cada paciente y a su caso específico para lograr el objetivo final que es el de mejorar.