La fisioterapia cardíaca o cardiovascular es aplicada en pacientes que presentan alguna patología cardíaca, aquellos que pasaron por un procedimiento quirúrgico, que han sufrido un infarto, que se les ha practicado un cateterismo, postquirúrgicos vasculares, angina estable, angioplastia, entre otras.
También se aplica en pacientes con enfermedades como: soplos, luego de una angioplastia o transplante de corazón, arritmias, enfermedades cardíacas congénitas, marcapasos, enfermedades cardíacas reumáticas, y cualquier otra que afecte nuestro sistema cardiovascular.
Avances y efectos
Con el pasar de los años y los grandes avances tecnológicos, la fisioterapia cardíaca ha ido evolucionando en relación a las múltiples afecciones fisiológicas y anatómicas del aparato cardíaco.
Con la ayuda de los ejercicios físicos programados y la acción, se alcanza una notable disminución en la enfermedad padecida. Es necesario tomar en cuenta que toda persona que sobrevive a una obstrucción sanguínea severa, causada por diversos motivos, debe cuidarse, ya que es posible que le vuelva a ocurrir.
Las fases
Toda fisioterapia cardiovascular debe hacerse en tres fases:
- Fase uno: el paciente ingresa al centro de salud para evitar la pérdida de elasticidad o masa muscular causada por el reposo. En esta fase se le realizan movimientos en los miembros, bien sea sentados, acostados o levantándose intermitentemente, con pequeñas caminatas. Es posible que este procedimiento venga acompañado de un tratamiento psicológico para el paciente y sus familiares.
- Fase dos: se entra en esta fase luego de 8 semanas, evaluando el perfil de riesgo del paciente para determinar los ejercicios que debe realizar. Se le efectúa el monitoreo electrocardiográfico, y se repite según sea el caso. Al finalizar, se motiva al paciente para que se ejercite en el gimnasio. Es la fase más importante del tratamiento.
- Fase tres: ya en esta fase se realiza una actividad física permanente sin monitoreo del fisioterapeuta, como la actividad aeróbica, la cual se debe practicar por 40 minutos con frecuencia de 2 a 3 veces por semana. Es muy importante que el paciente tenga un plan de acción para que continúe ejercitándose, evitando así depresiones y/o abandono de la actividad física.




