Fisioterapia

Lección 12: Atención al paciente en función a la psicología aplicada

Luego de pasar por una intervención quirúrgica, una fuerte caída, amputaciones, quemaduras, artritis, deformaciones, prolapsos, infartos, alguna enfermedad respiratoria, tendinitis, patologías de espalda, hernias discales, entre otras tantas patologías susceptibles a rehabilitación, deben ir acompañadas de un tratamiento psicológico, bien sea el caso.

Como mencionamos en uno de nuestros artículos anteriores, el tratamiento, por ejemplo, de fisioterapia cardíaca, se divide en tres fases, es necesario que la primera de ellas esté acompañada de un tratamiento psicológico para el paciente y para su familia, de ser necesario.

Es importante tomar en cuenta el tipo de fisioterapia y de rehabilitación que necesita el paciente, ya que de esto dependerá si necesita tratamiento psicológico o no, ya que existen factores anímicos implicados durante este proceso.

La repercusión del tratamiento Psicológico

Un ejemplo claro de esto es el caso de los deportistas, en ellos, es necesario contar con ambos procedimientos, ya que el paciente debe comprender lo que no está funcionando, el tiempo que hay que esperar y lo mucho que se puede hacer para colaborar con el tratamiento.

Sin duda el hecho de pasar, por ejemplo, por una intervención cardíaca, la recuperación es lenta pero es de gran importancia aplicar un tratamiento psicológico, incluso antes de la operación, ya que, en estos casos, cabe la posibilidad de morir, por ende, es necesario que el paciente no se deprima y mantenga una actitud positiva, colaborando así con una pronta recuperación.

En los casos de amputación es absolutamente relevante y necesario un tratamiento psicológico, ya que la vida de esta persona cambiará por completo y sus actitudes pueden estar llenas de tristeza, rabia, depresión, es por ello que el paciente debe ser motivado con el fin de afrontar la situación lo mejor posible, aceptarse y seguir viviendo plenamente.

La relación entre la fisioterapia y la psicología se ha vuelto más estrecha, ya que cuando hablamos de una persona sana, no nos referimos únicamente a la parte física, también es de gran importancia la salud emocional, ya que ambas van de la mano, y se puede afirmar que es imposible el hecho de que una persona este completamente sana si posee daños emocionales o mentales.