El infarto cerebral es un problema de salud pública. Millones de personas cada año sufren este padecimiento, en especial aquellas de edad avanzada. Muchas veces el infarto puede muy leve, pero en la mayoría de los casos será tan devastador que se podrá perder movilidad en la mitad del cuerpo, dependiendo del hemisferio cerebral afectado. Afortunadamente los efectos se minimizarán con una correcta fisioterapia.
Después del día
Después de que en el hospital aliviarán los efectos del infarto, evitaran un segundo accidente y estabilizarán los signos vitales, va el proceso de recuperación física del infarto cerebral. Usualmente la persona afectada no podrá mover algunas extremidades, perderá fuerza o en ellas o no sentirá gracias a la terminales nerviosas.
Lo primero que el terapeuta hará es recuperar la movilidad de la pierna, mano o ambas. Se practicarán algunos ejercicios de estiramiento para hacer circular la sangre y evitar las tan temidas ámpulas. Poco a poco el paciente moverá los dedos, temblará y recuperará la movilidad de las extremidades, aunque todavía habrá debilidad en ellas.
El infarto cerebral provoca que tus extremidades afectadas estén muy débiles, y por eso la segunda fase del tratamiento se hará después de que la movilidad sea del por lo menos el 50 por ciento. Se aplicarán ejercicio de fuerza y extensiones poco a poco, ya que ahora se tratará de que el paciente sea capaz de hacer algunas tareas básicas.
La tercera y última fase es importantísima. El paciente comenzará a realizar tareas más difíciles, como tejer, hacer juegos mentales y poderse sentar por sí mismo. Durante esta fase se comenzará a hacer ejercicios de caminata con muletas o andadera.
Los primeros resultados visibles aparecerán en un tiempo aproximado de 3 a 6 meses.
Imagen cortesía de: OpenClips (pixabay.com) todos los derechos reservados




