La reducción de las prácticas deportivas es una de las causas de los dolores de espalda en niños.
Durante el curso escolar es el peso de la mochila y las horas sentadas en clase, pero durante las vacaciones es la falta de actividad. No hay que dejar que se acomoden en casa al frescor del aire acondicionado porque empezarán los dolores que tanto trabajo ha costado evitar comprando carteras hergonómicas, llevándoles los libros o apuntándoles a actividades extraescolares de cualquier tipo.
Por regla general las contracturas musculares en la espalda aparecen en la edad adulta, sin embargo, las cifras empiezan a preocupar: un uno por ciento de los niños y un tres y medio por ciento de las niñas las sufre antes de los 15 años.
Es muy importante no focalizar todos los esfuerzos en la idea de «la culpa es de la mochila y los libros». Enseñarles desde pequeños las correctas formas de sentarse y de andar es más básico aún. Si lo saben desde bien temprano evitarán lesiones hasta de mayores.
Si el pequeño sufre alguna lesión hay que huir del reposo absoluto y en cama. Lo mejor es enseñarle a hacer estiramientos y mantenerlo ocupado con actividades físicas moderadas, siempre evitando aquellos deportes que puedan afectar más a ese dolor. Aún así no hay que olvidar que si es una lesión persistente hay que ir al médico para que evalúe correctamente la enfermedad y se le ponga un tratamiento adecuado.
Ahora, en verano, lo mejor es llevarlos a la piscina y que jueguen y naden todo lo posible, es el deporte que más beneficios les otorga y que menos daño puede hacerles. Tampoco es conveniente que hagan deportes que supongan un sobreesfuerzo de la espalda, como puede ser el tenis, pero mucho peor es dejarlos en casa viendo la tele o jugando al ordenador, cuanta más actividad, más sano estará su cuerpo.




