Para comenzar se debe de saber que las lesiones traumáticas internas son comunes en todos los deportes ya que son consecuencia del esfuerzo físico desarrollado durante los entrenamientos o la competición. Mientras tanto las lesiones traumáticas externas tienen una mayor o menor incidencia según el deporte y el riesgo de colisión que en él exista, con otros deportistas, con elementos deportivos o con el entorno. Estas lesiones pueden ir desde una contusión por una caída durante una carrera o hasta la muerte por traumatismo craneal como en el boxeo.
Ahora bien, las lesiones musculares, como lo dice el nombre pueden ocurrir en cualquier músculo, dependiendo del tipo de ejercicio físico y del deporte, pero lo más frecuentes en sufrir una lesión son: Los bíceps, cuádriceps, aductores, gemelos y sóleo, y músculos del antebrazo, en la extremidad superior. También los gemelos y músculos cortos del pie sufren de calambres.
Las lesiones tendinosas como desgarros, roturas y distensiones se producen con mayor frecuencia en el tendón de Aquiles y en los tendones del bíceps femoral. Con menor frecuencia en el cuádriceps, y en los tendones del antebrazo en las extremidades superiores. Mientras tanto la tendinitis se da con más frecuencia en los mismos músculos de las lesiones musculares anteriormente citados.
Las lesiones articulares como esguinces y luxaciones también pueden tener asiento en cualquier articulación. Sin embargo el esguince más común se da en el tobillo. Las luxaciones se dan con mayor frecuencia en las rodillas, así como en el codo y el hombro, extremidades que están unidas por medio de los tendones.
Las llamadas capsulitis y condritis pueden producirse en cualquier articulación y muchas veces acompañan a los tipos anteriores de lesiones articulares o son lo que queda de ellas. Ahora sabes en dónde puedes prevenir este tipo de lesiones.