Los factores más específicos que pueden predisponer a la osteoartritis son los daños anteriores a la articulación, como en las lesiones deportivas, anormalidades en el desarrollo de la articulación, alteraciones del cartílago y enfermedades del colágeno como la hipermovilidad. Factores que tienen que ver con la herencia genética de la persona, su ocupación y su peso corporal, aunque la osteoartritis es la que está más estrechamente relacionada con la edad avanzada. El daño del cartílago articular en la osteoartritis es seguido por un aumento en la densidad del hueso subyacente y la formación de excrecencias óseas en los bordes de la articulación. Puede haber una sinovitis, pero no siempre participan en esta condición.
La primera etapa para el examen clínico es determinar el origen del dolor con más precisión. Puede doler en la articulación o puede haber dolor cerca de las estructuras anatómicas, tales como ligamentos, tendones o músculos o puede ser un dolor referido de una fuente distante. Las articulaciones más centrales, como la cadera y el hombro son más difíciles de diagnosticar. El dolor referido a la zona de la cadera no es a menudo relacionado con la propia articulación de la cadera y este dolor puede ser secundario a la bursitis trocantérea, la artrosis de cadera, estenosis lumbar o cambios de la enfermedad del disco intervertebral.
La gestión del dolor de las articulaciones: 1ª parte
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