Luego de los 10 años de edad suele ser muy difícil curar al paciente u obtener un buen resultado, en el caso que la patología fuese unilateral puede llevarse hasta esa edad.
Cuando hablamos de los niños de 5 o 6 años de edad que llegan por primera vez a consultarse se habla de luxación traumática de cadera y es cuando hay cambios muy importantes en la cabeza femoral y en el cotilo.
La cabeza no importa el tamaño ya que puede ser grande o pequeña pero siempre va estar deformada perdiendo su forma esférica aplanándose en sentido lateral con la cara que esta apoyada sobre el cotilo por lo tanto es muy frecuente que se generen lesiones por ello a la altura del cartílago diartrodial.
Si hablamos de una cadera apoyada en un neocotilo el sufrimiento es grande pero si hablamos de una cadera flotante en la región glútea no apoyada en el coxal el sufrimiento es mucho menor.
En el cotilo el techo es de una malformación displásica sin pared anterior, poco profunda y ha perdido su forma. En estos casos lo mejor es una intervención quirúrgica ya que es irreversible.
Como todas las luxaciones el procedimiento de reducción debe de ser rápido ya que a medida que pasa el tiempo cada ves se hace más difícil tratar de controlarla y se va haciendo cada vez mayor.
Si dejamos pasar muchos días es casi imposible tratar de controlar con la reducción ortopédica ya que la contractura muscular que cada vez se va haciendo más poderosa.
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