El masaje es un método consistente en una sucesión de operaciones mecánicas como ser presiones, percusiones, amasados, golpeteos que permiten obtener efectos beneficiosos para la salud. Este tipo de operaciones pueden ser manuales, eléctricas o mecánicas.
Acción del masaje
El masaje provoca una hiperemia (abundancia extraordinaria de sangre en la parte del cuerpo donde se realice el masaje), favoreciendo así la nutrición de los tejidos. El masaje tiene un efecto liberador de fluidos. Oxigena las partes del cuerpo tensas a la vez que elimina de los tejidos los desechos ácidos irritantes. Proporciona relajación inmediata a los músculos tensos, invirtiendo la tendencia del estrés a generas más estrés. El sistema vascular se tonifica, la presión sanguínea se baja y el corazón descansa. Calma los nervios y estimula la circulación. Mejora la nutrición y elasticidad de la piel. Estimula secreciones sudorales y sebáceas.
Por esto podemos decir que la acción del masaje puede ser:
- Defatigante: eliminando las tensiones mediante presiones de intensidad calculadas, disuelve literalmente los puntos de contractura, combatiendo el cansancio y los estados de estrés.
- Activante: Junto con el aumento del ritmo de circulación de la sangre determinado por el movimiento se mejora la nutrición profunda de las células. Además como ese aporte circulatorio actúa igualmente sobre la oxigenación, favorece el metabolismo y acelera la reactivación de las células.
- Adelgazante: La acción mecánica del masaje facilita la reabsorción del tejido adiposo a la vez activa la asimilación de las cremas reductoras.
Requisitos previos
Independientemente del tipo del masaje que se decida realizar, hay una serie de requisitos previos que son de gran importancia si queremos conseguir que un masaje sea eficaz:
La sala de masaje debe ser un ambiente confortable, limpio, que brinde paz y armonía. Combinando los elementos armonizantes, la energía y la decoración, brinde sensaciones de claridad, orden, higiene y amplitud. Las paredes deben tener colores suaves y agradables. La temperatura debe estar entre los 23 o 25 ªC, una música suave ayudará a la relajación de la persona. No así el dialogar con ella, mantenerse en silencio permitirá lograr mejores resultados. También el uso de aromas, como aceites esenciales en hornillos, de vainilla, lavanda, frutos del bosque, melisa, sándalo, rosa o jazmín.
La Higiene personal del masajista es de vital importancia. La uñas cortas, pelo recogido, una ropa limpia y adecuada para la tarea a realizar, generará confianza. Es conveniente que no usemos perfumes en nuestro cuerpo. No usar anillos, joyas, pulseras, ya que pueden lastimarnos a nosotros e incomodar al paciente.
Si usamos camilla de masajes debe estar limpia y cambiando el cubre camilla después de cada cliente. Su altura no debe sobrepasar la línea media de nuestras caderas. Si realizamos el masaje en el piso debemos utilizar un cojín pequeño o una superficie acolchada de manera que se extienda más allá de los límites del paciente para que usted pueda colocar sus rodillas en ella.