Cuando empieza en el arte del masaje, debe de estar consciente de lo que significa trabajar el cuerpo y energía de otro ser humano, por lo que está cuestión se merece un gran respeto y cuidado, es por ello que se deben de tomar en cuenta varios aspectos. El hecho de estar higienizado, en especial las manos y uñas, ya que son las principales herramientas del masajista. Se debe de estar compenetrado con el paciente y sobre todo durante la práctica. Se debe de llevar la concentración a un grado mayor tratando de desarrollar un lenguaje común entre las manos del masajista y el cuerpo del paciente, el cual nos permitirá comprender la situación muscular y energética de las zonas por las cuales se van trabajando.
El desgaste profesional del masajista es grande, es por eso que se debe de prestar atención a todos los detalles que permitan el cuidado de su salud, ya que si se encuentra débil, el masajista no podrá realizar al 100% su trabajo, por lo que es mejor abstenerse. Cuando se va a aplicar un masaje es importante saber elegir el grado de fuerza con que se va a realizar, pues no es mismo para todos los pacientes y depende mucho del estado de salud y de su constitución corporal.
Por ser una filosofía oriental, el masajista debe de saber si el paciente tiene tendencias Yin o Yang. Si es Yin la fuerza ejercida podrá ser mayor. Pero si es Yang, la fuerza tendrá que ser menor, al grado de lograr la relajación. Pero por ser masajes tendrás que aplicar fuerza y presión a pesar de tener energía Yang. Por último, la filosofía oriental dice que el masaje oriental siempre comienza de arriba hacia abajo y desde el centro hacia la periferia.