Es una de las técnicas más antiguas y conocidas del mundo; además de que es la técnica más suave del mundo, pero solo sirve para realizar un masaje superficial , ya que influye solo en la piel, más no en los músculos, tendones, articulaciones u órganos. Se eliminan automáticamente las células muertas de la epidermis, mejora la respiración cutánea, se intensifica la función secretora de las glándulas sebáceas y sudoríparas, se incrementa la función de contracción de los músculos cutáneos, lo que por su parte contribuye a la eliminación por el organismo de los productos de intercambio; aumenta el tono cutáneo muscular. La piel se hace suave, elástica y flexible. Pero el roce superficial es una gimnasia no sólo para la piel, sino también para los vasos, ya que los ensancha para poner a funcionar los capilares de reserva, aumentando la velocidad de la circulación sanguínea en éstos aumenta considerablemente y por consiguiente crece el consumo de oxigeno por los tejidos, es por eso que aumenta la actividad vital de los elementos de las células de las capas profundas de la piel.
Está técnica influye de forma importante sobre los sistemas nerviosos central y periférico, eliminado la excitación, ya que el uso prolongado de este método actúa como anestésico, lo que permite eliminar o al menos disminuir el dolor en caso de lesiones y enfermedades neuromusculares. Ejerce una influencia beneficiosa en los cambios patológicos de los distintos tejidos u órganos internos. Bajo la acción del roce superficial la respiración se calma, lo que actúa como tranquilizante sobre el sistema nervioso. Se recomienda utilizar después de altas cargas físicas, insomnio traumatismos y enfermedades (en especial durante los primeros días) para eliminar sensaciones de dolor. Se efectúa con los cuatro dedos de la palma de la mano juntos y con el pulgar separado.




