Algo que a todos nos sienta bien y nos deja como nuevos tras una dura jornada es sin duda un masaje. Cuántas madres llegan a sus casas tras un largo día de trabajo y le pide a sus hijos que le masajeen un poco la espalda, cuánta gente le pide a su pareja un masaje en los pies de vez en cuando en los pies o en los muslos… Y es que un masaje es un detalle al que nadie le hace ascuas, y es que en los tiempos que corren, donde el cuidado de nuestra espalda está cada vez más en declive, siempre agradecemos el detalle de que alguien nos ayude a aliviar las tensiones y el dolor localizado.
Y es que la espalda es una parte del cuerpo importante que nunca debemos descuidar. Es cierto que desde pequeños nos enseñan a sentarnos bien en la silla, tanto en el colegio como en casa, y los niños toman ese detalle como primordial, sentándose bien en todo momento. Pero a medida que nos hacemos mayores, y esto no debería ser así, descuidamos nuestra postura, y nos sentamos de cualquier manera.
Llega un momento de nuestra madurez en que comenzamos a notar que tenemos problemas de espalda, pues nos dan dolores y calambres al realizar ciertos trabajos o labores, y nos vemos obligados a acudir a un especialista.
Lo mejor es comunicarle a nuestro médico de cabecera el sufrimiento por el que estamos pasando, pues él sabrá enviaros a un profesional que sabrá cómo aliviar nuestro dolor y evitar que este reaparezca, tras un tratamiento mediante masajes, cremas y medicamentos.




