Esta es la tercera intervención con dichas características, hecha en Francia y la quinta en el mundo.
El año pasado el paciente, fue un hombre chino, cuya cara había sido malformada por el ataque de un oso.
La operación fue hecha por un equipo de profesionales, entre los que se destaca el Profesor Laurent Lantieri, en el centro hospitalario radicado en la zona perimetral de la ciudad de Paris.
El paciente tuvo este problema a raíz del tiro de un fusil en su cara.
Para este procedimiento se necesitaron quince profesionales, entre enfermeros, cirujanos y doctores, y tuvo una duración de 15 horas aproximadamente.
Luego de la intervención, el individuo fue analizado para saber su estado de salud; el mismo fue bueno, estaba despierto y bien.
Antes de la operación el hombre se encontraba en una situación bastante compleja, la cual no le permitía abrir la boca, ya que sus músculos faciales estaban destruidos.
El donante es una persona fallecida, se usó la mayor parte de su rostro y parte de un hueso para componer la mandíbula del paciente.
La operación tiene muchas características similares a la que realizó la Dra. Maria Siemionow en la ciudad de Ohio, Estados Unidos en el año 2008.
Otra persona que tuvo la misma cirugía fue Pascal, un hombre cuyo rostro fue desfigurado por un tumor genético.
Los franceses fueron los pioneros en este tipo de intervenciones quirúrgicas, ya que en el año 2005 en la ciudad de Ammiens, operaron a Isabelle Dinore, con gran éxito.
La mujer tenía su cara desfigurada a causa de mordidas de su perro.
El transplante de cara, es un procedimiento en donde se realizan varias operaciones, y para ellos es necesario contar con un equipo de médicos que debe irse alternando en el correr de la operación, ya que la misma es dura demasiado tiempo.
Los doctores deben considerar algunos factores como el tipo de tejido, el color de la piel, la edad, el sexo del paciente.
En esta intervención se saca y se sustituye el rostro del paciente, su grasa adyacente, los nervios y vasos sanguíneos, pero no los músculos.
Los médicos deberían extraer el rostro de la persona que realizó la donación con muerte cerebral pero pálpito cardíaco. Al mismo tiempo otro médico prepara los vasos sanguíneos y venas que se reconstruirán en el paciente a intervenir.
Después de esto, se deben unir la cara del donante a vasos sanguíneos, por lo general son ocho, cuatro arterias y cuatro venas. De esta manera la piel de la persona intervenida empezará a recibir sangre, oxigeno y los nutrientes que le hacen falta.
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