«Me empezaron a salir manchas rojas por todo el cuerpo. No sabía qué me pasaba y acudí a Urgencias». A María, nombre ficticio, le diagnosticaron alergia al anisakis hace tan solo unas semanas. Cenó con su marido merluza rebozada, pero fue solo a ella a la que le provocó la reacción. «Me hicieron todas las pruebas alérgicas y salió el anisakis. Desde entonces, no he vuelto a comer pescado«, asegura. El caso de María cada vez es más frecuente. Hasta el punto de que el servicio de Alergología del Hospital Clínico de Zaragoza, uno de los referentes en este tipo de enfermedades, detecta cada semana tres o cuatro pacientes con esta patología. Esta enfermedad se ha incrementado significativamente en los últimos veinte años, aunque según los expertos gracias a la información que se facilita desde Atención Primaria se está empezando a controlarla.
Fue, precisamente, en España donde se confirmó en 1994, mediante el diagnóstico con pruebas cutáneas, el primer caso de esta alergia. A partir de ahí, el incremento ha sido tan significativo, que cada vez es más habitual entre los ciudadanos. Ahora, hasta un 20% de las urticarias agudas que se detectan pueden estar relacionadas con este cuadro. «Realmente, es muy difícil saberlo y se desconoce por qué se ha producido este aumento. Una de las interpretaciones es que cada vez se pesca más en caladeros. Pero, realmente, nadie puede explicar por qué se ha producido», explica el jefe del servicio de Alergología del Hospital Clínico de Zaragoza, Carlos Colás.