Hay mucha gente que piensa que el tabaco ayuda a aliviar el estrés, haciendo que el fumador se relaje y se olvide de los problemas por un momento. Esta afirmación es totalmente falsa, pues ocurre al revés: el tabaco contiene sustancias que afectan al sistema nervioso, por lo cual, causa estrés, que se manifiesta cuando no se fuma debido a la adicción que produce por el alto concentrado en nicotina que contiene, causando estrés a la hora de sentir necesidad de fumar, que no desaparece hasta que se vuelve a fumar, por lo que es más dificil dejar de fumar.
El tabaco es un estimulante, por lo tanto carece de propiedades relajantes, causando en nuestros sistema un efecto totalmente contrario, por lo cual, la sensación estimulante que se experimenta al fumar es totalmente falsa, ya que lo único que se produce en nuestro cerebro es la tranquilidad de que estamos ingiriendo nicotina nuevamente tras un periodo sin haberlo hecho, produciendo un efecto estimulante en nuestro organismo a causa de ello.
Lo que realmente causa este estrés es por tanto, la ansiedad, la necesidad de consumir nicotina, debido a su alto efecto adictivo sobre nuestro organismo, que desaparece cuando volvemos a fumar.
Lo cierto es que nos sentimos aliviados cuando fumamos no sólo debido al efecto estimulante de la nicotina, sino también porque el fumar es equivalente al í¢â‚¬Å“descansoí¢â‚¬Â, es decir, que para fumar necesitamos dejar de lado lo que estemos haciendo y tomarnos un momento de í¢â‚¬Å“relajacióní¢â‚¬Â para fumar, por lo cual, esto también ayuda a que nos sintamos más relajados, por ejemplo cuando salimos del ajetreo de la oficina, o fumamos tras el coito, descansando el cuerpo tras ejercicio físico o estrés del trabajo.




