Aunque parezca mentira, a pesar de todos los estudios que se le han hecho al tabaco y sus componentes, para los científicos, la composición del humo del tabaco aún sigue siendo una interrogativa. Y es que no se sabe con exactitud los componentes que se trasmite desde la hoja cuando se cultiva junto con lo que se produce en el momento de la combustión, pero se calcula que unos 4.000 componentes pueden formar parte.
A la hora de fumar se va produciendo una combustión en el cigarrillo, que se trasmite a través del tabaco y los componentes que se le hayan unido al cigarrillo. En un tabaco, la parte menos nociva está al comienzo del cigarro, en la parte intermedia es medianamente nociva, y ya la parte final es la más tóxica, esto es debido a que el tabaco va tirando hacía atrás a la vez que es consumido, por lo que acaba juntándose casi todo al final. Por lo que dependiendo de hasta que punto una persona fume un cigarrillo, se pueden adherir diferentes tipos al cuerpo.
Dentro de la gran cantidad de componentes del humo de tabaco, unos 4.000 se han calculado, y entre 400 y 500 de esos componentes van en la fase gaseosa, y el resto en las partículas.
Entre los materiales más comunes o más famosos del humo de tabaco está el monóxido de carbono (CO), el óxido de nitrógeno, el anhídrido carbónico y el amoniaco entre otros.
Por eso mismo, como suelen ser componentes casi parecidos a los que una persona que fuma consume, el humo puede atacar a personas que no fuman, convirtiéndolas en fumadores pasivos, hay que pensar en dejar de fumar.




