Muchas veces nos preguntamos que porqué fumamos, y es que si llevamos muchos años fumando, ya ni nos acordaremos cuando comenzamos, por qué lo hicimos o si realmente nos gusta fumar. Estas son preguntas que en un momento debemos de hacernos, y es que aún mas si poco a poco nos estamos matando, ya que si ni sabemos por qué lo hacemos ni cuando comenzamos, es hora de plantearse si sería mejor el dejar de fumar, y es que nunca es tarde para volver atrás, para comenzar una vida nueva, una vida alejada del humo de los cigarrillos, ya que todo es posible, pero debemos de saber a donde queremos ir y preguntarte por qué lo haces realmente.
Y es que el tabaco en general no es agradable, ni su sabor ni su olor, ni mucho menos sus efectos sobre nuestro organismo. Se trata de un vicio bastante desagradable, no sólo para nosotros que tenemos que saborear puro alquitrán y nicotina, sino también para las personas cercanas, que deberán aprender a convivir con el mal aliento que deja el tabaco, los dientes amarillos y desgastados, el olor que deja el tabaco en la ropa o el color amarillento característico de la piel, sobre todo de los dedos. Las personas que más sufren si no son fumadoras son las parejas o los hijos, pues las parejas deberán acostumbrarse al mal sabor de boca que deja el tabaco al besar a su pareja, o los hijos que deberán acostumbrarse a que sus padres fumen delante de ellos y adaptarse al desagradable olor que el tabaco deja en la casa.
Hay muchos otros productos que crean adicción, tales como el café, la Coca-Cola o el chocolate, que a la larga también pueden provocar problemas en nuestro organismo, pero ni por asomo nos causan problemas, enfermedades y reacciones tan desagradables como las que nos causa el tabaco.
