Hay mucha gente que piensa que dejar de fumar engorda, siendo esta una de las principales excusas para no dejarlo.
Es cierto que esta creencia está bastante extendida y tiene razones, pero aquí se explican cuales son, pues el hecho de dejar de fumar en sí no es la causa principal de ganar peso.
Este fenómeno se debe a que las personas que dejan de fumar engordan una media de cinco a siete kilos debido al abandono de la nicotina, sustancia que quita el apetito y elimina la acumulación de la grasa en el organismo, llegándose a quemar una media de 200 calorías en una persona que fume un paquete diario.
Debido a esto, al dejar de fumar aumenta el apetito además de que esas calorías adicionales que se quemaba al fumar ya no se queman.
Otra razón del aumento de peso es la ansiedad que sufren las personas que dejan de fumar, que tienden a cubrirla comiendo más y picando entre horas, debido al aumento de apetito y el exceso de estrés y ansiedad. El hecho de ir comer a todas horas para intentar paliar esta ansiedad es lo que repercute de manera negativa en el organismo provocando el aumento de peso. Además, el aumento de apetito va acompañado de la mejora de los sentidos del gusto y del olfato al dejar de fumar, por lo que se disfruta más de las comidas.
Es fácil evitar ganar peso tras dejar de fumar si se sigue una dieta equilibrada, con muchos líquidos, fruta y verdura, acompañado de ejercicio físico moderado.




