Para las personas que quieren dejar de fumar, se les presenta la oportunidad de hacerlo de dos maneras diferentes, o bien ir disminuyendo la dosis poco a poco hasta que ya se olvide completamente de lo que es fumar, o parar inmediatamente, algo que puede ser más duro pero que trae buenos resultados. El debate está en que hay personas que prefieren de una manera y otros de otra.
Los que prefieren hacerlo poco a poco, ven en esto una oportunidad de no sufrir tanto el mono como el que se puede sufrir si lo dejas de un día para el otro. Al ir dejando la dosis o reduciéndola, hay que ir quitando al menos un cigarro por día o cada dos días. Aunque el cuerpo le pedirá las sustancias que lleva el tabaco, usted debe de mantenerse fuerte en esto, ya que una de las contras que tiene este método, es que parece que lo estás dejando cuando realmente al final lo que acabas haciendo es volver a consumir como antes.
Por el otro lado, la opción de dejar y decir í¢â‚¬Å“este es el últimoí¢â‚¬Â, puede ser más fuerte, lo que se puede ver en personas más seguras en sí mismas y de querer dejarlo. Ciertamente, el cortarle el suministro de nicotina al cuerpo, este pedirá incansablemente hasta que pasen unas semanas, por lo que debe de ser fuerte, pero ayudarse de algunos consejos o tomar otros vicios más sanos.
Se el método que escoja, si está decidido a dejarlo, debe de ser fuerte mentalmente, y si ha dado el primer paso, no quedarse a mitad de camino.