La infertilidad es un caso bastante extendido entre los países desarrollados y en la gran mayoría de los casos de parejas infértiles el problema reside en el hombre.
Fumar es uno de los factores que influye en la calidad de los espermatozoides del hombre, pues disminuye su densidad, la calidad y la cantidad total de espermatozoides, el número de espermatozoides móviles, etc., por tanto el hombre contará con una pobre calidad en su esperma, disminuyendo la calidad de éste y produciendo los problemas citados.
El tabaco también afecta gravemente a la vida sexual del hombre, complicando sus relaciones, pues el tabaco produce impotencia y es una de las causas principales de disfunción eréctil. Por mucho que se consulte con un profesional acerca de este problema y nos brinde soluciones, si se sigue fumando, muy difícilmente se podrán paliar sus efectos. Además, este problema es la causa de muchas depresiones en el sexo masculino.
Este problema no sólo supone un riesgo para la salud mental y sexual del hombre, lamentablemente también es la causa principal de muchos divorcios.
Si además en la pareja la mujer también fuma, el riesgo de esterilidad aumenta si cabe, aún más. Según diversos estudios realizados, las parejas en las que ambos son fumadores habituales tienen cuatro veces menos posibilidades de concebir un hijo que una pareja no fumadora.
Incluso si la pareja logra concebir, los riesgos de abortos espontáneos o complicaciones en el parto o durante el embarazo siempre serán más altos que en los no fumadores. Además de que el niño podrá nacer con daños relacionados con su desarrollo físico o intelectual, que se pueden manifestar tanto desde el nacimiento como más adelante, y es que hay que dejar de fumar.