La gran mayoría de las personas que son fumadoras, comenzaron en este hábito a una edad temprano, mayormente siendo menor lo probaron por primera vez, pero lo que es raro, o un bajo porcentaje así lo demuestra, es que este hábito se tome con una edad superior a los veintiún años.
Por lo que muchos profesionales en la materia han intentado dar con las causas que llevan a un menor a probar y habituarse al tabaco, cuando se suponen que están en edades que está prohibido.
Una de las principales causas es el entorno, tanto el familiar como las amistades que rodeen al sujeto. Si en una casa, tanto el padre como la madre son fumadores, y se llevan todo el día fumando, es normal que el niño, sin más remedio, se acostumbre al humo, o en un intento de emular a sus padres, quiera probarlo. Un porcentaje bajo es de esos jóvenes que fuman y en su casa nadie lo haga.
La otra parte son las amistades o el ámbito en el que se desenvuelva, ya que puede ser un fuerte reclamo para ese joven, el verse rodeado de gente que fuma, y por no querer quedarse atrás, comienza a probarlo, y al final se adecua a él. También la inocencia al no saber lo que está haciendo, o el hecho de que los amigos le í¢â‚¬Å“obliguení¢â‚¬Â para probar, suelen ser acciones que también lo lleven a comenzar en esto.
Por eso mismo se ha llegado a la conclusión de que un joven depende mucho de su alrededor y de su fuerza para resistir o no las ganas de probarlo.




