El llevarse un cigarro a la boca y encenderlo es un movimiento muy fácil de realizar, pero cuando se produce por primera vez, muchas personas no son consecuentes de las consecuencias que puede tener. Para llegar a este punto, pueden darse diferentes casos o razones que lleven a una persona a hacerlo.
Eso de decir que se tiene una razón por la que fumar puede ser muy fácil de decir, pero la realidad es que a cada fumador que se le pregunte, puede dar una razón diferente, desde la de í¢â‚¬Å“porque me gustaí¢â‚¬Â, hasta la que de muchos dicen que tienen ganas de hacerlo o que les ayuda cuando están estresados, porque el fumar les relaja.
Pero la verdad es que el gran porcentaje de personas que fuma, por no decir toda, ha tenido algún contacto anterior con el tabaco o con el humo del tabaco antes del momento que lleva a encender el primer cigarrillo, ya bien sea porque un familiar fue cerca suya o porque alguna persona de confianza le de a probar.
Aquí se puede manifestar lo que hace e influye la sociedad en esto, ya que muchos fumadores confiesan que comenzaron a fumar porque su entorno así lo hacía. Y ya después se pueden dar distintas razones que hacen que una persona joven comience a fumar, a una edad que aún no se es consecuente con lo que hace, y con razones de jóvenes, como la de que sus amigos también lo hacían. El tabaco se puede encontrar en la calle fácilmente, ya que es raro no pasar por una calle con gente y que nadie vaya fumando, y es que hay que dejar de fumar.




