Muchas personas que fuman suelen hacer ejercicio, y es por una buena razón, ya que según ellos, si tras fumar te pones a correr, eliminas lo que hayas consumido en ese cigarrillo, por lo que hace saber a la gente que si se mantienen en forma, podrá contrarrestar los efectos que tienen sobre el cuerpo. Esto es en parte cierto y en parte erróneo, porque si sigue fumando, el cuerpo va a tener que seguir cargando con el peso del tabaco. El ponerse en forma o hacer ejercicios puede ayudar a aquellas personas que quieran dejar de fumar.
El estar en forma es básicamente verse en la posibilidad de hacer todos los días un esfuerzo que no cueste trabajo, y que sea algo constante, para que así, el día que se necesite un poco más no sea un contratiempo para nuestro cuerpo.
Si una persona es fumadora y decide un día jugar al fútbol tras llevar tiempo sin hacerlo, es normal que a los pocos minutos se sienta cansado, ahogado y ya no pueda continuar, pero si otra persona se acostumbra a jugar todos los días, este cansancio se reducirá.
Los médicos y preparadores físicos aconsejan hacer ejercicios de forma cotidiana, o por lo menos alguna vez en la semana, sobretodo para las personas fumadoras, para así ayudar de una manera natural a los diferentes organismos del cuerpo como el corazón o los pulmones.
Esto nos reportará ventajas a corto y largo plazo, y en el entorno en el que vivimos, es la mejor solución.




