El objetivo del tratamiento es proporcionar al paciente una plataforma para la recuperación al disminuir el dolor, y movilizar cada vez más la articulación, y educar al paciente sobre los mejores pasos a seguir para obtener y mantener la recuperación.
La terapia física puede tener dos formas, pasivas o activas. Las terapias pasivas pueden incluir la aplicación de paquetes de calor o hielo, y el suministro de esteroides a través de la piel en un proceso llamado iontoforesis, que se utiliza para tratar los casos de dolor severo. En este proceso, después del suministro de los esteroides sobre la piel, una corriente eléctrica es aplicada, haciendo que el esteroide se mueva por debajo de la piel, en este proceso el esteroide va a trabajar para reducir la inflamación, y por lo tanto reducir el dolor.
Los dispositivos llamados máquinas TENS también se utilizan para ayudar a reducir el dolor. Estos dispositivos TENS se comunican con la piel a través de electrodos, y luego liberan pequeñas descargas eléctricas sobre la piel. Esta corriente interrumpe la señal de dolor de la fuente al cerebro. Dicho de otra manera, un dispositivo de TENS anulará el proceso que en última instancia, le indica al cerebro que una fuente del dolor está presente. Los pacientes suelen notar que la primera vez que son tratados con un dispositivo TENS les proporciona un alivio eficaz, y por lo general, el paciente toma se lleva una unidad al hogar para que el alivio sea largo plazo. El ultrasonido también se puede utilizar para ayudar a reducir o controlar los síntomas, especialmente el dolor agudo.