El malestar de espalda que se manifiesta principalmente a través del dolor con diferentes niveles de intensidad puede ser síntoma de una enfermedad que recién empieza. Hay varios factores que se vinculan con el riesgo de padecer el dolor de espalda sin que medie algún tipo de lesión en los músculos circundantes.
Elementos que se asocian con un mayor riesgo de sufrir dolor de espalda
El envejecimiento: frecuentemente las molestias de la espalda se asocian con la vejez y el padecimiento inicia entre los 30 y 40 años.
La falta de ejercicio: el sedentarismo es una condición muy común entre las personas que manifiestan dolor de espalda.
El incremento de peso: las personas con obesidad y sobrepeso producen una sobrecarga en la espalda que produce el dolor de espalda.
La herencia: los factores genéticos influyen de forma determinante para que se presente el dolor de espalda en las personas, cuando existen las condiciones ideales.
Influencia de otras enfermedades: el dolor de espalda puede ser el síntoma de un padecimiento más grave, por lo tanto, el paciente debe de ser evaluado en forma integral.
Desempeño laboral: la actividad en algunos trabajos implica alzar, empujar y jalar objetos que pueden lastimar la columna vertebral causando dolor de espalda, el trabajo de escritorio también genera malestar en la espalda debido a las aberraciones posturales.
Fumar: el cuerpo de los fumadores activos después de algún tiempo empieza a carecer de algunos nutrientes necesarios para los discos de la columna generándose dolor de espalda, incluso la tos del fumador produce esta molestia en forma crónica.
La raza: hay grupos raciales que presentan una mayor predisposición a sufrir malestares de la columna vertebral y en consecuencia dolor de espalda.
Otras causas del dolor de espalda
El dolor de espalda puede ser ocasionado por diversos factores, los posturales y mecánica de la espalda son los principales y se vinculan con discos lesionados, tensión muscular, estrés, espasmos, hernia discal. Las lesiones producidas durante los accidentes como los esguinces y las fracturas. Otras enfermedades, como las infecciones, fibromialgia, endometriosis, el embarazo y la depresión pueden ocasionar dolor de espalda.