Lo verdaderamente determinante no es la enfermedad en sí misma, sino la actitud del paciente ante lo que le ocurre. Es decir, no hay enfermedades sino enfermos.
La enfermedad también está en la mente
Existe una reflexión que afirma que no hay enfermedades sino enfermos. Este mensaje puede tener significados diferentes. Uno de ellos es que literalmente, no existen enfermedades en el sentido estricto de la palabra sino enfermos. Es decir, a veces, una persona tiene un diagnóstico grave, y sin embargo, tiene un ánimo positivo, continúa con tareas cotidianas, tiene ilusión por la vida. En ese caso, es cierto que esa persona tiene una enfermedad, sin embargo, en cierto modo no está enferma porque no se siente como tal.
Normaliza su diagnóstico y esto no solo le ayuda a sí misma, sino también, al propio entorno. Ocurre también lo contrario. El ejemplo de personas que en situaciones más sencillas se hunden ante la menor adversidad. Personas que se desaniman de tal modo que descuidan sus actividades cotidianas, se quedan estancadas en las preocupaciones. Es decir, personas que literalmente se sienten como si estuvieran enfermas.
El mensaje no hay enfermedades sino enfermos refleja cómo lo verdaderamente determinante es la actitud, más que la realidad en sí misma. Es decir, este mensaje pone en evidencia el poder de la mente.
Por otra parte, este mensaje también puede interpretarse de un modo diferente. Más allá del concepto enfermedad como algo general, lo que de verdad existen son enfermos con sus particularidades. Y es que, dos personas con un mismo diagnóstico son en realidad, totalmente diferentes. Cada persona tiene su propia historia clínica y vital. Por esta razón, no se aplica un mismo diagnóstico para todos los pacientes ya que cada uno tiene unas necesidades determinadas.
El mensaje no hay enfermedades sino enfermos debe animarnos a todos, más allá de cuáles sean las circunstancias, a cuidar la salud mental que en muchos momentos es la gran olvidada, para incrementar la higiene mental de tener un estilo de vida activo. Y lo que es más importante, de fomentar la aceptación interior para hacer que todo fluya en armonía. Siempre habrá algún aspecto que nos preocupe, sin embargo, en ese caso puedes poner en práctica la técnica de detección de pensamientos. ¿Cómo se aplica esta técnica?
Técnica de detección de pensamientos negativos
Cuando tengas pensamientos negativos que te desaniman, pensamientos con los que no haces más que rumiar esas ideas que producen un efecto de disco rayado, escucha esas sensaciones durante un breve periodo. Sin embargo, acto seguido utiliza un anclaje para romper esa inercia de pensamiento. Por ejemplo, di en voz alta la palabra «Pausa», mientras cambias de posición física de forma radical. Por tanto, este sencillo anclaje, entrenado con constancia, puede ayudarte a minimizar el ruido mental de ese tipo de ideas negativas que pueden hacernos sentir literalmente enfermos porque nos roban la vitalidad y nos enfocan en el lado más dramático de las situaciones como consecuencia de una actitud de exageración mental.