Es normal, que al estar expuesto a una baja temperatura, se tenga frío, y por consiguiente el cuerpo tiemble, en sentido contrario, cuando tenemos calor, el cuerpo suda. Esto es debido a los sensores que tiene la piel que nos avisa de cuando hay un cambio de temperatura, lo que hace que se comporte de diferentes maneras.
El cuerpo genera sensores de calor por encima de los 30 grados, mientras que genera sensores de frío por encima de los 35, lo que hace que cuando se baje de 20 grados, o se supere los 40, el cuerpo ya comience a actuar en forma de respuesta ante esta temperatura, sintiendo calor o frío de manera persistente. Una vez que el cuerpo se acostumbra a la nueva temperatura, puede entrar en un estado más relajado, simplemente porque estos sensores mandan sensaciones para poder soportar esta temperatura, pero no deja de sentir lo mismo que antes.
El cuerpo puede responder rápidamente ante un cambio de temperatura brusco, así hace, que si de empezar con un clima caliente, y pasar rápidamente a una temperatura fría, el cuerpo sentirá más rápido este cambio. Esto hace que la sensación, frío-calor, sea muy subjetivo ya que depende de que temperatura se tome por referencia.
Si metes una mano en agua caliente, y otra en agua fría, esperas un rato y las metes las dos rápidamente en agua tibia, no dará la sensación de estar a la misma temperatura.
Cuando se tiene calor se suda, ya que la sangre circula más rápida al querer extirpar esa sensación de calor dentro del cuerpo. Cuando se tiene frío, se pone la carne de gallina o se castañea con los dientes porque es una reacción del hipotálamo para mantener constante la temperatura corporal.




