Cuando buscamos la forma de garantizar nuestro estado de salud, es fundamental que pongamos el foco en los puntos adecuados. En este sentido, la prevención es una de las filosofías más acertadas a la hora de blindar la integridad tanto de nuestro cuerpo como de nuestro bolsillo. A fin de cuentas, hablamos de contratos comerciales que nos cubren ante cualquier necesidad asistencial que podamos tener a cambio del pago de una mensualidad accesible. Por lo tanto, es evidente que explorar este sector se presenta como una de las acciones más responsables en lo que al cuidado personal se refiere.
Ventajas de los seguros de salud
El punto de partida de cualquier seguro de salud es garantizar que tenemos acceso directo a la sanidad privada. Si bien es cierto que la sanidad pública cuenta con grandes profesionales, es indiscutible que la eficiencia no es su punto fuerte. Las largas listas de espera y la sobresaturación de los centros de salud son grandes condicionantes del bienestar del conjunto de la población y, como tal, es mucho más favorable disponer de la asistencia de los hospitales y clínicas de índole privada.
Entre los servicios asistenciales que suelen incluir los seguros de salud, encontramos algunos como la medicina general, la pediatría, las especialidades tanto médicas como quirúrgicas o todo lo relativo a la asistencia de las embarazadas. De igual manera, cuentan con grandes equipos para el diagnóstico de enfermedades, garantizando que se detecte lo antes posible aquella afección que pueda estar alterando nuestro bienestar. En este punto se incluyen los test de intolerancias alimentarias, los estudios genéticos o la ecobroncoscopia -esencial en el cáncer del pulmón-. Todo ello sujeto a la tecnología más innovadora para alcanzar un grado de precisión que, por desgracia, muchas clínicas públicas no alcanzan.
En último lugar, en términos asistenciales, los seguros de salud nos permiten disfrutar de un impecable servicio de urgencias hospitalarias y ambulatorias, dejando de lado las esperas interminables de los centros públicos. A su vez, nos otorgan acceso a las urgencias domiciliarias e incluso a la teleasistencia sanitaria, teniendo a un especialista a nuestra entera disposición las 24 horas del día. Estamos, por lo tanto, ante uno de los medios comerciales más destacados en términos de salud. Un recurso que conviene contratar cuanto antes en aras de anticiparnos a cualquier problema que pueda llegar a poner en tela de juicio nuestro bienestar o el de nuestra familia.
Encuentra las mejores cláusulas del mercado
Dadas las muchas ventajas de tener un seguro de salud, son muchas las personas que se lanzan al mercado en aras de encontrar las mejores condiciones del sector. Sin embargo, el volumen de oferta se ha disparado de forma significativa a lo largo de los últimos años y, como tal, es crucial invertir nuestro dinero solo en aquellas compañías que se han ganado cierto prestigio social. Una serie de empresas que ofrecen la máxima cobertura a un precio accesible, haciendo que nuestro bienestar no dependa enteramente de nuestra condición económica.
En este orden de ideas, cabe hacer una diferenciación entre dos modalidades de seguros de salud: los que tienen copago y los que no. El copago es la cantidad de dinero que, en caso de que tengamos que recibir alguna de las asistencias previamente mencionadas, tendremos que pagar al hospital o centro de salud. Una cifra complementaria al pago mensual del seguro y que hace referencia a las modalidades de cobertura más baratas del sector. Por lo tanto, antes de nada, conviene plantearse cuánta utilidad le vamos a dar al seguro; puesto que si es mucha lo mejor es contratar directamente un servicio sin copago.
Así pues, para garantizar que nuestro bienestar queda absolutamente blindado, nada como llevar a cabo un pormenorizado análisis de las diferentes compañías que existen. Al hacerlo, pronto daremos con condiciones de lo más atractivas que, con todo el rigor de las mejores empresas del mercado, serán el principal medio de prevención ante posibles enfermedades.
