Un inadecuado tratamiento de las agujas descartables y otros objetos filosos puede suponer un riesgo para la salud de los trabajadores del sector público, además del despilfarro. Por ejemplo, las agujas desechadas pueden exponer a los trabajadores de residuos a posibles lesiones y a infecciones potenciales cuando los recipientes se rompen dentro de camiones de basura o las agujas son erróneamente enviadas a instalaciones de reciclaje.
Los porteros y las amas de casa también tienen el riesgo de lesiones si se colocan objetos de este tipo en bolsas de basura de plástico. Las agujas usadas pueden transmitir enfermedades graves, como VIH y hepatitis.
En tal sentido, quienes utilizan este tipo de objetos punzantes deben llevar sus propios dichos recipientes llenos de agujas usadas a sitios acondicionados para tal fin: consultorios médicos, hospitales, farmacias, departamentos de salud, o estaciones de bomberos. Los servicios son gratuitos o tienen un precio nominal, pudiéndose consultar con el farmacéutico u otro proveedor de cuidado de la salud para conocer la disponibilidad en su área.
Los usuarios deben colocar sus objetos punzantes en recipientes especiales y retornar el recipiente por correo a un punto de recogida para su eliminación adecuada. Este servicio generalmente requiere un pago y sus cuotas varían, dependiendo del tamaño del recipiente.
También existen varios fabricantes que ofrecen productos que le permiten destruir las agujas que se usan en el hogar. Estos dispositivos de cortar, quemar o fundir la aguja, lo que hace que sea seguro para su eliminación. Por ultimo si no sabe que hacer con las agujas, conviene comunicarse con el departamento local de desechos sólidos o departamento de salud pública para determinar el método de eliminación correcto para su área.




