Los pequeños de la familia también tienen la posibilidad de practicar Mindfullness y aprovechar todos los beneficios de la disciplina. Tengamos en cuenta que es una actividad muy buena tanto para niños como para los adultos. En muchos colegios ya empezaron a incorporar la práctica entre las actividades curriculares.
Tengamos en cuenta que esto no es ninguna casualidad, la niñez es una etapa en la vida ideal para poder llegar a dominar la atención plena, de forma que no solo se puede convertir en un hábito sino que también es una manera para afrontar la vida.
Uno de los fines de enseñarle a los pequeños mindfullnes es brindarle habilidades para poder desarrollar su conciencia de sus experiencias internas y externas, que aprendan a reconocer entre sus pensamientos y reconocer también las emociones. De esta forma los niños tendrán la posibilidad de controlar mucho mejor los impulsos, podrán desarrollar una inteligencia emocional y alcanzar su bienestar.
Muchos expertos consideran que el mindfullnes es un tipo de escudo que se emplea contra la vulnerabilidad infantil. La niñez es una etapa especialmente sensible para las personas, en esta etapa se pueden generar traumas que años más tarde se vuelve difícil de superar Son muchas las investigaciones que nos dejan ver como los eventos estresantes impactan inmediatamente la salud de los niños.
Los niños que son expuestos a tres o más eventos estresantes tienen hasta seis veces más de posibilidades de padecer problemas tanto físicos como psicológicos o problemas en el aprendizaje.
En muchos casos el mindfullnes se vuelve una especie de escudo protector, no solo a nivel psicológico sino a nivel cerebral, generando efectos negativos en las situaciones adversas de la vida. El mindfullness potencia el control emocional y ayuda en los procesos cognitivos de los pequeños.
Al usarse la técnica en terapia se pueden llegar a reducir los síntomas del estrés, depresión y de la ansiedad. Además, es una gran herramienta para poder potenciar la atención, incluso en los pequeños que padecen de TDAH.
Practicar de manera habitual 8 semanas de Mindfullness mejora notablemente la atención y reduce los comportamientos impulsivos. Esta disciplina genera cambios importantes en la autoregulación mejorando las funciones ejecutivas de los pequeños.
En el largo plazo la práctica del mindfullnes puede generar cambios duraderos a nivel cerebral. La amígdala de quienes practican meditación es menos reactiva, lo que quiere decir que existen menos posibilidades de que las emociones controlen a esa persona y empiecen a tener reacciones como miedo, ira o frustración.
Hay que tener presente que el mindfullness es la atención plena, es estar presentes en el aquí y ahora, prestando atención a lo que sucede en el interior o alrededor, sin emitir ningún juicio de valor. Esto quiere decir que no hay ninguna manera ‘correcta’ de practicar mindfullnes, los niños solos podrán encontrar su propio equilibrio y escoger entre los ejercicios con los que se sientan más cómodos.
Se debe lograr que sea divertido. La práctica se tiene que volver un momento agradable, que los pequeños puedan disfrutar mientras se exploran nuevas sensaciones. Si la práctica se vuelve una carga extra se convertirá en un momento para explorar nuevas sensaciones. Si es algo pesado perderá todo sentido.
Y, por último, recordamos la importancia de ajustar las expectativas. Los pequeños no pueden pasar 30 minutos practicando meditación, en un comienzo debe ser un enfoque principalmente lúdico, que se adapte a las capacidades infantiles. Los niños pueden dedicarle, en un inicio, entre 5 a 10 minutos al día para su práctica.