Ya no duermen como niños. A medida que los años pasan, los problemas de sueño de hombres y mujeres se vuelven mucho más frecuentes. Line Kessel, del Departamento de Oftalmología del Hospital Glostrup de Dinamarca, parece haber dado con uno de los factores que hacen que el insomnio sea común en la tercera edad. Publicada en el último ‘Journal of Clinical Sleep Medicine’, su investigación constata que el envejecimiento ocular está relacionado con pasarse las noches en blanco.En declaraciones a ELMUNDO.es, esta experta aclara que «el ciclo vigila-sueño así como el bienestar general y muchas otras funciones biológicas importantes están estrechamente relacionadas con el ritmo circadiano. El ritmo se regula por el cerebro que libera melatonina (una hormona) al torrente sanguíneo como reacción a la oscuridad, y que es la que induce el sueño, reduce la tensión arterial y la temperatura corporal».
La regulación del ritmo circadiano está dirigida por el estímulo que «recibe la retina (la parte que forma las imágenes) por la luz azul. Con los años, el cristalino (nuestra lente natural, que se encuentra en la parte anterior del ojo, delante de la retina) se amarillea. Esta coloración evita que la luz azul alcance la retina. Es como ponerse unas gafas de sol coloreadas, que transforma el color de la imagen que se mira. La coloración de la lente es algo que le sucede finalmente a todo el mundo y que no se puede evitar».
Somníferos
La pregunta entonces que se formuló la doctora Keseel y que ha motivado la realización del estudio es: ¿Qué pasa con el ritmo circadiano cuando la lente se amarillea? Para resolver la duda, los científicos daneses examinaron los ojos de 970 personas de entre 30 y 60 años.
A todos ellos se les sometió a una autofluorometría, un método no invasivo que determina cuánta cantidad de luz azul se absorbe por el cristalino y por tanto cuánta alcanza la retina.
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