Existen tantos estereotipos sociales a nivel emocional que con frecuencia, también podemos sentirnos un poco extraños al ir contracorriente. En teoría, el verano es la etapa de la alegría, la ilusión y la felicidad.
Sin embargo, el verano también es ese momento en el que muchas personas se sienten solas porque pierden el contacto con algunas de sus rutinas del año, tienen menos contacto con los amigos que se van de vacaciones y sienten una gran apatía y pereza ante las altas temperaturas y el efecto del calor. Sentir tristeza en verano es algo muy posible, simplemente, porque la tristeza no entiende de fecha en el calendario.
Puede suceder que una persona haya descubierto, de acuerdo a su experiencia, que el verano es la época menos estimulante a nivel social. Sin embargo, lejos de hacer un drama del inicio del verano, es aconsejable recordar que se trata de un periodo con principio y final, el tiempo pasa rápido y es fundamental poner el foco en el punto positivo de cada estación. El verano es necesario para recargar las pilas y desconectar.
Cómo animarte el verano
1. Los días de verano pueden ser muy duros como consecuencia del excesivo calor, en cuyo caso, es fundamental compensar esta sensación dando largos paseos por la noche, disfrutando de placeres tan gratificantes como observar el cielo estrellado.
2. Puedes ir a la piscina para darte un baño pero también, para poner en práctica tus habilidades sociales y conocer gente nueva.
3. Anímate a hacerte con la lectura de un buen libro que sea divertido. En Fisiostar te proponemos una lectura de lo más sugerente: La felicidad es un té contigo escrito por Mámen Sánchez.
4. Disfruta de placeres represcantes del verano como tomar un zumo de frutas natural, tomar un helado o caminar por la sombra. Disfruta de los placeres relajantes del verano y del ritmo pausado de este tiempo.
Lo mas importante es conservar el positivismo sin importar el tiempo o etapa del año.