La depresión infantil, es una enfermedad que va más allá de la tristeza similar a la de los individuos adultos pero la sufren los niños y deben de ser tratados por un especialista que favorezca la participación activa de los padres y además interacción con su entorno como la familia, su grupo social y escolar. El especialista es generalmente, el paido psiquiatra quien usualmente divide el tratamiento en dos etapas: la aguda y la de mantenimiento.
El proceso médico para tratar la depresión infantil es un mecanismo individualizado, en un protocolo que se establece para cada niño de acuerdo a la fase de desarrollo en que encuentra con base en el funcionamiento cognitivo, la maduración y capacidad para mantener la atención, además, se evalúan directamente a los padres y la relación que tienen con el niño.
En función de la gravedad de la depresión infantil el tratamiento puede ser únicamente psicoterapéutico o requerir la aplicación de medicamentos psiquiátricos junto con la terapia psicológica
Tipos de Psicoterapia
En la época actual, hay una gran variedad de terapias psicológicas para tratar los padecimiento típicos de la psique basados en la ciencia e investigación, también han surgido terapias alternativas que ofrecen la cura inmediata de los mismos trastornos a través de otros medios “naturales” u “orgánicos” sin base científica.
Psicoterapias más utilizadas para tratar la depresión infantil
Terapia Cognitivo Conductual (TCC): está fundamentada en que la persona deprimida tiene una visión que contribuye a su trastorno y al identificarse puede tratarse con TCC.
Terapia Conductual (TC): tiene como fundamento la aplicación de las técnicas para cambiar las conductas y el manejo correcto de situaciones, entre otras.
Las interacción con los padres a través de juegos en los cuales el niño refuerce su autonomía y autoestima son actividades estimulantes que lentamente le ayudaran a superar la depresión, no obstante, los adultos deben de tener claro que la enfermedad es compleja, difícil de superar y la recuperación es lenta, por lo tanto, se requiere de paciencia, tranquilidad y mucha fortaleza para afrontar la depresión infantil.




