Un grupo de investigadores de la Universidad Brigham Young de Utah, en Estados Unidos, ha llegado a una conclusión sorprendente o quizá no tanto:
tener amigos alarga la vida.
Los científicos estudiaron casos de miles de personas en todo el mundo y de diversas edades, clases sociales y razas, quienes fueron observados durante un tiempo determinado.
Las conclusiones revelaron que la retracción social, no tener amigos, en suma, no sólo es perjudicial para la mente, sino también para el cuerpo.
La revista científica PLoS Medicine ha publicado los datos asegurando que, en ocasiones, no tener amigos es tan perjudicial para la salud como beber alcohol con exceso o padecer el hábito del tabaquismo.
Tener amigos nos hace valorarnos más a nosotros mismos
En definitiva, según dicen, ocuparse y preocuparse de los demás, tener amigos en este caso, provoca el beneficioso efecto de que tengamos más cuidado de nosotros mismos. Si tenemos amigos y nos sentimos parte de ellos, de un grupo que comparte sentimientos y experiencias, valoraremos más nuestro propio bienestar y nuestra salud.
Este no ha sido el primer estudio que se ha realizado para conocer los verdaderos efectos que sobre el cuerpo y la mente conlleva tener amigos.
Tener buenos amigos mejora nuestra vida
En los años 70 y 80 se llevó a cabo un experimento en Alameda, California, del que se desprendió que las personas que tenían más y, sobre todo, mejores contactos sociales, tenían menos posibilidades de morir de enfermedades evitables que las personas que no conocen la amistad.
Por otro lado, una investigación llevada a cabo por la Universidad de Yale con pacientes aquejados de graves enfermedades del corazón, concluyó que los que tenían un soporte emocional sólido veían ampliadas sus posibilidades de supervivencia a corto y medio plazo.
Además se han realizado investigaciones en residencias de ancianos, llegándose a la conclusión de que las personas mayores que tienen amigos, valoran más su propia salud y no suelen caer en estados de ansiedad o depresión.
