Cada día cala más entre la sociedad la conciencia de que es necesario adaptar todos los espacios para facilitar la movilidad de las personas discapacitadas y con movilidad reducida, pero aún queda mucho por hacer en este ámbito. Hay millones de personas con problemas de movilidad en nuestro país y todos podemos contribuir para superar las barreras arquitectónicas.
Si en nuestros hogares, comercios o lugares de trabajo es imprescindible desplazarse por escaleras, la instalación de sillas salvaescaleras supondrá un avance crucial en materia de accesibilidad. La necesidad de este sistema es evidente si el espacio en cuestión es transitado frecuentemente por personas inhabilitadas para subir las escaleras. No obstante, en casos de movilidad reducida quizás no seamos conscientes de lo mucho que ayudará a los afectados el ahorrarse una tarea que puede volverse un calvario, incluso aunque seamos nosotros mismos los que lo padecen.
Lo que ya no es excusa para demorar la instalación de estos equipamientos es que sea una tarea compleja, o que no sepamos a quién acudir o qué modelo escoger. En IMCALIFT son especialistas en accesibilidad y distribuidores autorizados, y ponen a disposición del interesado un completo servicio de asesoramiento para la compra e instalación de las sillas salvaescaleras. Sus técnicos se desplazan hasta cualquier vivienda u oficina para estudiar la disponibilidad de espacio y las especificaciones del lugar. De ese modo, además de proyectar la colocación de la silla, pueden determinar cuál es el modelo apropiado para nuestro caso.
Se trata de un servicio integral que combina para nosotros la asistencia, la venta y la instalación de los aparatos sin acudir a terceros, y lo que es mejor: la visita del técnico, el estudio y la elaboración del presupuesto son totalmente gratuitos para nosotros; una preocupación menos para que la compra sea lo más fácil posible.
Otra inquietud frecuente puede ser la idoneidad o no del espacio en cuestión para instalar el equipamiento. Lo cierto es que las sillas actuales son compatibles con la inmensa mayoría de las escaleras, ya sean rectas o curvas, y en edificios tanto antiguos como modernos.
Si convivimos con personas con dificultades de desplazamiento, con las sillas salvaescaleras podemos ahorrarles grandes esfuerzos y con ello contribuir a cuidar su salud. Incluso aunque no nos resulte o parezca urgente, hacer accesible el lugar de trabajo resultará en un beneficio a largo plazo al favorecer el trato con todas las personas, y más aún si se trata de un espacio en el que atendemos a clientes. Así, facilitar un poco el día a día a quienes lo necesitan resulta más sencillo que nunca.
Cada día estamos más contentos de haber instalado una en casa de mis abuelos, ahora se mueven con más facilidad por su casa ya que tienen dos pisos y las escaleras se les hacía un mundo. Están contentísimos y ha mejorado mucho su calidad de vida.
Conozco al menos dos personas que agradecerian tener esta silla especial para subir las escaleras de su propia casa.
Muy necesarias para todo ser que tiene discapacidad ysu vivienda lo requiere.