En artículos anteriores hemos mencionado la importancia que tiene el frío como tratamiento antiinflamatorio y como este actúa como un calmante y relajante ya que absorbe el calor de las inflamaciones, contrae los vasos y produce una sensación de alivio.
La aplicación de paños fríos esta especialmente indicada en casos de enfermedades inflamatorias en articulaciones.
Debemos tener en cuenta que si se sufre de alguna infección de las vías urinarias, ciática o un resfriado, no se recomienda su aplicación. No administre frío sobre piel fría.
Puede aplicarse frío mediante un paño de lino, previamente empapado en agua fría, colocado sobre la articulación dolorida.
Encima de este coloque otro paño pero seco, y sobre este coloque una franela también seca.
Puede sujetar los paños y llevarlos así durante horas, pero asegúrese que no compriman demasiado los vasos sanguíneos.
De toallas congeladas:
Con este tipo de práctica el efecto antiinflamatorio es muy marcado, se conseguirá aliviar el dolor y reducir circunstancialmente la hinchazón.
Está indicada en casos de inflamaciones de las articulaciones, secuelas de contusiones y torceduras de articulaciones.
Se debe tener en cuenta que si padece de algún desarreglo de la sensibilidad térmica, como trastornos del riego sanguíneo o de los nervios sensitivos, tal aplicación esta contraindicada, debido a que se corre un alto riesgo de complicación.
La elaboración de toallas congeladas es muy sencilla, basta con introducir en el congelador algunas toallas empapadas en agua, separadas por bolsas plásticas para que no se peguen. Deben colocarse por un periodo de por lo menos dos horas.
Una vez transcurrido ese tiempo retire de a una las toallas y aplíquelas en la zona afectada, nunca por mas de tres minutos.
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